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No llegues a la osteoporosis.

Realizar ejercicio físico, no fumar, moderar el consumo de sal y consumir un aporte adecuado de calcio son algunas de las recomendaciones para prevenir la osteoporosis, una enfermedad del esqueleto caracterizada por una disminución de la resistencia ósea y un incremento de la fragilidad de los huesos que origina mayor susceptibilidad a sufrir una fractura. En este sentido, las complicaciones asociadas a las fracturas incluyen un incremento en la morbilidad, un aumento en el riesgo de padecer nuevas fracturas y una subida de la tasa mortalidad.

La enfermedad, que provoca 100.000 fracturas al año en España, no tiene un comienzo bien definido y, además, sus síntomas son difíciles de prever, dado que no se manifiestan de forma «clara» hasta que se ha producido una fractura que descubre la enfermedad. Por ello, y con motivo de la celebración, este domingo, del Día Mundial de la Osteoporosis, la coordinadora del Grupo de trabajo de Rehabilitación en Osteoporosis de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF), María Elena Martínez Rodríguez ha destacado la importancia de la prevención y de llevar a cabo una vida saludable para ayudar a cuidar los huesos, fortalecerlos y evitar que se fracturen.

«Es necesario incluir en la vida cotidiana ejercicio físico, no fumar, beber alcohol con moderación, moderar el consumo de sal y de proteínas, así como consumir aportes adecuados de calcio y vitamina D. Un paciente puede desarrollar la enfermedad por genética, edad o por otras enfermedades, por lo que una prevención se postula muy importante», ha señalado la experta.

En este sentido, la especialista ha aconsejado a los pacientes participar en los programas de cribado de esta enfermedad y ha avisado de que si un ciudadano sospecha que puede tener varios factores de riesgo para desarrollar la enfermedad es «importante» que se lo comunique a su médico. Por tanto, la labor preventiva del médico rehabilitador en el abordaje de la enfermedad es «muy importante» porque ayuda a que no aparezca y no avance, evitando la aparición de fracturas.

En el caso de que aparezca una fractura, el médico prescribirá tratamiento enfocado a que el paciente recupere la máxima movilidad posible y vuelva a realizar sus actividades de la vida diaria de la manera más independiente. Así, el profesional volcará su labor en intentar que el paciente no sea dependiente y pueda seguir su vida normal sin llegar a tener discapacidad que le limite.

«Enseñamos al paciente a evitar caídas. Si se cae actuamos para que el paciente tenga los huesos lo más fuertes posibles, disminuyendo el riesgo de sufrir una fractura de cadera, de muñeca, de hombro o de vértebras. Si atendemos al paciente una vez fracturado tratamos de que las secuelas sean las menores posibles», ha apostillado.

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