Practicar yoga en la tercera edad mejora significativamente los aspectos mentales y emocionales, y si a esto se le suman los beneficios a nivel orgánico y muscular, se traduce en una mejor salud y actitud en los adultos mayores.
Es necesario considerar el envejecimiento como una etapa interesante de la vida, que dependerá de la actitud interna y de cómo tomen esta fase que se denomina “tercera edad”.
La práctica del yoga como disciplina se debe realizar varios días a la semana para tener un cuerpo sano, flexible y ágil, así como, una mente despejada.
Los mayores beneficios que se pueden obtener son: flexibilidad, equilibrio y dominio mental.
- La flexibilidad se adquiere con la realización de diferentes posturas para contrarrestar la falta de movimiento con la que nos podemos topar al llegar a determinada edad.
- El equilibrio es imprescindible para evitar caídas, que al llegar la edad avanzada pueden tener consecuencias importantes.
- Y el dominio mental es para no perder la memoria y saber qué hacer y cómo actuar en cualquier momento.
Las posturas más apropiadas para los adultos mayores tienen base en el Hatha Yoga y Tantra Yoga, ya que son posturas corporales acordes a la edad y salud del practicante.
Es necesario que antes de iniciar con el ejercicio acudir con un médico para que determine si es conveniente llevarlo a cabo, además de realizarlo bajo estricta dirección de un instructor.
