Miles de personas han padecido el síndrome del corazón roto desde hace tiempo. Descrito por primera vez en la década de 1990 en Japón, la también denominada cardiomiopatía de Takotsubo es una de las consecuencias del estrés, debido a que el hecho de sufrir fuertes emociones, angustias o una profunda decepción amorosa puede desencadenarla. Expertos aseguran que esta afección produce una falla en el corazón similar a un infarto de miocardio, con la diferencia de que en el caso del síndrome del corazón roto las arterias coronarias funcionan normalmente.
El nombre que se le dio se debe al parecido entre la forma que adquiere el ventrículo izquierdo (una de las cuatro cavidades en que se divide el corazón) afectado por esta condición y una vasija de cerámica llamada «takotsubo», que pescadores del país nipón utilizaban como instrumento para atrapar pulpos.
Los médicos aseguran que cualquiera puede sufrir este trastorno; sin embargo, se ha detectado más en mujeres, quienes suelen ser las víctimas de este trastorno en la mayoría de casos (se calcula que 80% de los pacientes son del género femenino), sobre todo después de los 50 años.
Al parecer, los cambios hormonales que las mujeres viven tras el cese de la menstruación (menopausia) reducen en cierta forma la «protección» frente a las cardiomiopatías, es decir, las enfermedades del corazón.
En situaciones de grave estrés, las cuales producen que los pequeños vasos sanguíneos disminuyan su tamaño normal; como resultado, esto provoca dolor en el pecho parecido al que se experimenta por un ataque cardiaco, entre otros síntomas del síndrome del corazón roto que expertos han descrito como:
Dolor de cabeza (cefalea). Vómito ocasional. Falta de respiración. Debilidad. Sudor frío. En ocasiones, pérdida del conocimiento.Ritmo cardiaco irregular.
Mediante exámenes se percibe debilidad cardiaca temporal, así como la formación de una especie de «balón» en el ventrículo izquierdo parecido a la vasija Takotsubo.
Entre los factores relacionados con la aparición del también llamado síndrome de disfunción apical transitoria destacan:
Recibir malas noticias. Muerte de algún familiar. Crisis de pareja. Discusiones fuertes. Temporadas de estrés prolongado. Problemas económicos (pérdida de empleo). Factores causantes de estrés físico, como un ataque de asma, cirugía o un accidente automovilístico. Catástrofes naturales, como terremotos y huracanes.
Aunque los síntomas se parecen, la cardiomiopatía de Takotsubo no es un ataque cardiaco. La diferencia está en que las pruebas médicas confirman que no hay obstrucción en las arterias coronarias; simplemente, los médicos observan cierto estrechamiento repentino y pasajero de estas vías, lo que provoca que una parte del corazón aumente de tamaño de manera temporal y bombee de forma ineficiente.
Los médicos aún no han establecido un protocolo específico para todos los casos de cardiopatía de estrés, por lo cual cada paciente puede ser tratado dependiendo de sus síntomas y necesidades.
Aunque la condición suele resolverse de manera espontánea, en la mayoría de personas se recomienda el uso de medicamentos diuréticos (aumentan la eliminación de orina y sal del organismo, reduciendo la presión arterial) y vasodilatadores (para relajar los vasos sanguíneos). Además, la sugerencia básica es aprender a controlar el estrés y procurar un estilo de vida saludable y, por supuesto, más tranquilo.
Comparte tus sentimientos: enfrentar el rompimiento de una relación te puede llevar a alejarte de tus amistades, sin embargo, es mejor hablar sobre lo que te sucede. Compartir tus sentimientos con alguien de confianza, como una amiga o un familiar, te puede ayudar a sentirte mejor y a ver las cosas con más claridad. Déjate consolar por alguien que te estime y no te enojes cuando alguien intente animarte con afirmaciones como «lo superarás» o «ya conocerás a otra persona». Probablemente sólo está intentando apoyarte de la única forma que conoce.
Cuídate: tener el corazón partido en mil pedazos es muy estresante y puede interferir con la forma en que cuidas tu salud. No dejes que esta situación altere tu ritmo de sueño (es importante dormir y descansar lo suficiente); tampoco busques refugio en la comida chatarra o en los dulces, después verás sus consecuencias y te sentirás peor. Continúa haciendo ejercicio constantemente, conseguirás relajarte y mantener tu ánimo a flote.
Recuerda lo bueno: cuando sentimos que el corazón se ha roto muchas personas nos culpamos de todo lo sucedido, somos muy duras con nosotr@s mism@s. Si esto te está pasando, ¡detente! No es justo para ti, ni para tu «ex»; lo mejor es recordar lo vivido agradeciendo las cosas buenas y, sobre todo, aprendiendo de lo malo para madurar.
Mantén tu mente ocupada: la terapia ocupacional es el mejor antídoto contra la tristeza y la depresión. Aprovecha para redecorar tu habitación o inscribirte en un nuevo curso. Esto no significa que evites pensar en lo ocurrido (reflexionar sobre esto forma parte del proceso de curación) sino que también debes centrar tu atención en otras cosas. ¡La vida sigue!
Tómate tu tiempo: para superar la tristeza el tiempo es un aliado de oro, aunque a veces parezca imposible superar tan mal rato. Si te toma dos, tres, seis meses o un año, depende de qué fue lo que sucedió, cómo afrontaste la pérdida y con qué rapidez tiendes a recuperarte de las experiencias.