Mantener a nuestras mascotas sanas y fuertes es un compromiso que debe hacer todo dueño para garantizar una vida plena en los animales que adoptamos, para que sean nuestros fieles compañeros o bien, como un apoyo en nuestras labores.
Frida, se convirtió en la perrita labrador más famosa a nivel mundial. Aunque su fama creció en el pasado sismo del 19 de septiembre en la Ciudad de México, Frida ya había ayudado en el rescate de 12 personas en el sismo de Juchitán, Oaxaca.
No sólo fue un sismo, sino dos, dónde esta can del binomio canino de rescate de la Marina realizó un ardua labor.
Semanas de intenso trabajo, además de adiestramiento canino, convivencia con un sin fin de personas, exposición en medios de comunicación, etc. Frida se mostraba bastante agotada.
Incluso se inició una petición en change.org donde miles de personas exigían que la dejaran en paz. Sin embargo, algunos expertos explicaron que “los perros adiestrados estaban acostumbrados al contacto de las personas, al estrés y que eso no les afectaba”.
No obstante, veterinarios y adiestradores caninos exponen las graves consecuencias del estrés y el agotamiento en los perros.
¿Cómo afecta el estrés a mi perro?
El estrés es la causa principal de muchos problemas de comportamiento entre los que se encuentran la agresividad, la ansiedad, la hiperactividad, las estereotipias o conductas compulsivas, las fobias y la eliminación inadecuada.
La corteza cerebral -que regula las áreas del pensamiento- y el sistema límbico -que regula las emociones- actúan contrariamente. Si un animal está sometido a una emoción fuerte dejará de pensar y viceversa.
Ante una situación de estrés (miedo, hambre, daño físico, cansancio, abrumaciones, etc) el hipotálamo hace que la hipófisis anterior libere hormona ACTH, la cual actúa sobre la corteza de las glándulas adrenales para que éstas a su vez liberen glucocorticoides. Estos glucocorticoides tienen efecto inmunosupresor.
Los humanos también son parte del problema
Si yo tengo estrés, mi conducta lo va a reflejar, voy a estar más irritable, me voy a enfadar más veces, voy a hacer los paseos tensos y con prisas, etc. Así como también los entornos estresantes.
Los animales domésticos, dependen casi absolutamente de nosotros para satisfacer sus necesidades, su agua, comida, el momento de hacer pis, el contacto, comunicación… todo pasa por nosotros.
Si no soy consciente de como funcionan estas necesidades, seguramente no voy a poder satisfacerlas de la forma adecuada, y por lo tanto, no le doy la posibilidad de adaptarse.
Tal vez mi perro está adiestrado, se comporta bien, no se distrae ante situaciones turbulentas o emociones fuertes pero sus capacidades y su salud mental si están siendo afectadas. Eso generá problemas en otras partes del cuerpo.
Soluciones
– Reducir mi estrés. Tratar el estrés y aprender a gestionarlo, mejor mi calidad de vida, mi salud y mi entorno, para mejorar la salud de mi perro. Dajarlo dormir y descanzar si está agotado.
– No exponerlo al calor o al frío si no es una raza adaptada para estas situaciones climatológicas.
– Aprender sobre las necesidades caninas y como satisfacerlas de la forma correcta y adecuada para reducir sus niveles de estrés y llegar al equilibrio.ç
– Antes de aplicar cualquier tipo de re-educación, realizar un programa de reducción de estrés, que probablemente ya dará solución al problema y si después de hacerlo queda algo, ya puedo hacer el proceso educativo sin peligro de estresar a mi perro.
Sobre todo, ser conscientes: amar, proteger y conocer a nuestro perro para aprender sobre sus necesidades.