Existen algunos cuantos trucos que permiten intensificar el proceso de quema de grasas en running. Algunos de ellos son los siguientes:
1. Modificar la rutina. Para llevar a cabo estos consejos primero debemos entender algo fundamental, y es que cuando el cuerpo se acostumbra a un determinado entrenamiento no necesita hacer esfuerzos, y por tanto, no quemará calorías. Por eso lo adecuado es variar los ritmos con frecuencia, alargar el tiempo, probar nuevos caminos, etc. Se trata de encontrar nuestro próximo umbral anaeróbico.
2. Aumenta la velocidad. Realmente el ritmo al que corremos no afecta al número de calorías quemadas durante la carrera (siempre que no se varíe el tiempo). Pero sí influye en la cantidad de calorías que continuamos perdiendo después del ejercicio. La explicación a esto viene dada en el hecho de que cuanto más intenso es el ejercicio, más se prolonga la aceleración del metabolismo después del entrenamiento.
3. Alterna los ritmos. Podemos alternar minutos más suaves con otros más fuertes para que el cuerpo haga el sobreesfuerzo de variar la intensidad frecuentemente. Es, además, un buen método para que el entrenamiento sea más ameno. Aunque si somos principiantes es mejor mantener el mismo ritmo por el momento.
4. Aumenta el tiempo. El tiempo de entrenamiento tiene un efecto directo en la cantidad de calorías quemadas. Debemos aumentarlo gradualmente para no hacernos daño, incorporando unos cinco o diez minutos más cada tres semanas aproximadamente. Cuanto más largo sea el ejercicio, posteriormente el cuerpo pasará más tiempo eliminando calorías.
5. Corre frecuentemente. Si queremos aumentar las calorías quemadas, no sólo debemos aumentar el tiempo sino también la frecuencia con la que salimos a correr. De nada sirve correr intensamente durante una semana y después abandonarlo; tenemos que establecer una rutina de entrenamiento y respetarla.