Si crees que ir a un concierto es lo más ecológico que existe…te equivocas. Por más que duela, los festivales que son ansiados y adorados por miles de personas son parte significante del problema.
Una nota publicada por el periodista Michelle Lhooq explica que el movimiento sobre sustentabilidad va en aumento en todo el mundo, «o al menos una noción de culpa disfrazada como responsabilidad», que está cambiando la forma en que los festivales se dan cuenta de la enormes cantidades de contaminantes dejados atrás por los asistentes.
Lhooq insiste que los festivales siempre ha tenido un aspecto amigable con el ecosistema, por eso en algunos lugares los equipos de producción ya se han encargado de instalar cargadores para celular e instalaciones de arte alimentados por celdas solares y sirven bebidas en vasos biodegradables.
Los botes para material reciclable también son un hecho y los organizadores dicen que están usando energía alternativa en todo lo que les es posible. El festival también ofrece un descuento del 33% en sus boletos a la gente que llegue en autos híbridos o eléctricos.
Burning Man es el evento líder en cuanto a fiestas eco-concientes, mientras que otros festivales avanzan muy lento en este aspecto por los elevados costos extra que involucra. Aún así, BangOn! es parte de un grupo en crecimiento de festivales de música que se están haciendo responsables del medio ambiente.
Lightning in a Bottle en California es frecuentemente alabado como el festival más verde en América, e incluso contrata un director de sustentabilidad para dirigir sus iniciativas amigables con la tierra. Los escenarios en LIB son hechos de materiales reciclados, el evento corre parcialmente con energía solar y los voluntarios clasifican la basura como parte de un programa para reducir desperdicios.
Bonnaroo también tiene su lugar dentro de los festivales determinados en hacerle un bien al planeta. El evento es dueño de las tierras de cultivo donde se lleva a cabo, por ello los organizadores son capaces de mejorar los sistemas de filtración de agua e instalar áreas para abono. También tienen un equipo de «Vibras Limpias» que recoge la basura y le enseña a los asistentes cómo reciclarla adecuadamente.
Aún así, Richard Goodstone, co-fundador de Superfly Productions (la compañía detrás de Bonnaroo) está de acuerdo en que las iniciativas verdes son caras. «Si cuesta 10 veces más, posiblemente no podamos optar por las opciones sustentables», mencionó Goodstone en LA Weekly, «lo más que podamos hacer dependerá de nuestras finanzas».
Mientras festivales como Bonnaroo pueden soportar los costos de iniciativas verdes, eventos más pequeños como Destination Moon en Nueva York esperan que su modelo eco-amigable motive a otros a hacer lo mismo. Los tres fundadores de Destination Moon decidieron comenzar su propio evento tras ver cuanto desperdicio y energía consumían los festivales de verano. Además de las fuentes de energía eco-amigables, el festival también motiva a los artistas a usar materiales reciclados para sus shows. Por ejemplo, en uno de sus eventos el año pasado, el artista Macylyn Milsark creó una instalación a partir de pedazos blancos de bolsas de plástico, en el cual el artista John Backstrom hizo un video mapping.
Fuente: http://www.vice.com/