Tener mal carácter puede ser más contraproducente de lo que crees, de hecho, la Sociedad Española de Hipertensión-Lida Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA), indicó que las personas que usualmente tienen mal carácter o son de una personalidad hostil, tienen un mayor riesgo de padecer problemas cardiovasculares, especialmente si ya se tiene una enfermedad de este tipo.
Julián Segura, presidente de SEH-LELHA, explica que las emociones negativos e inhibirse en la relación con los demás, aumenta el riesgo de problemas cardiovasculares además de que hay otros aspectos psicosociales como el estatus socioeconómico bajo, carecer de apoyo social y sufrir estrés, depresión o ansiedad, que contribuyen al empeoramiento de las enfermedades una vez que se presentan.
«Las personas con un estatus socioeconómico bajo o estrés crónico son también más propensos a la depresión, la hostilidad y el aislamiento social», señaló.
Añadió que quienes tienen las anteriores características, son los que presentan un estilo de vida menos saludable como fumar, no hacer ejercicio o llevar una amala alimentación, lo que influye en la aparición de los padecimientos.
«La prescripción de hábitos de vida saludables, debe ser la piedra angular de los tratamientos en pacientes con riesgo de sufrir patologías cardiovasculares. Tener una rutina saludable puede prevenir y retrasar de forma segura la aparición de hipertensión en pacientes no hipertensos y la necesidad de seguir un tratamiento farmacológico en pacientes con hipertensión de grado 1. Además, contribuye a reducir el número y la dosis de fármacos en pacientes hipertensos en tratamiento farmacológico», mencionó.
Asimismo, indicó que hay algunas recomendaciones que hace la SEH-LELHA para disminuir el riesgo de problemas cardiovasculares, las cuales son:
• Disminuir el consumo de sal.
• Comer más frutas, verduras y alimentos bajos en grasas y ricos ácidos grasos insaturados.
• Bajar y controlar el peso.
• Hacer ejercicio regular aunque sea caminar.
• Dejar de fumar.
• Dejar de bebe o hacerlo de forma moderada y eligiendo bebidas fermentadas como vino o cerveza.
• Evitar las dietas que cuantifican el consumo de calorías.
• Practicar actividades que requieran de cierto esfuerzo como la fotografía o tener una mascota para sacarla a pasear.
