Hasta 90 % de los chilangos en el extranjero vivirían en EE.UU.
En 2018 el voto chilango será decisivo para elegir tanto jefe de Gobierno como presidente de México. Pero hay un problema: ubicar a los capitalinos alrededor del mundo ha sido una tarea difícil, que pone en riesgo su participación.
Estados Unidos es el país que recibe más migrantes mexicanos. De acuerdo con el Anuario de migración y remesas: México 2016, elaborado por la Secretaría de Gobernación, se estima que en el país del norte viven 36.9 millones de personas de origen mexicano, de los cuales 12.2 millones son nacidos en México.
De acuerdo con los consulados, hay 65 mil chilangos viviendo en el extranjero, aunque cifras del Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM) indican que la cifra podría llegar hasta 1.8 millones… pequeña diferencia, ¿verdad? La mayoría de ellos radica en Estados Unidos; países como España y Canadá también son de alta recepción chilanga.
Los migrantes originarios de la Ciudad de México son distintos a los del resto del país. En el extranjero, los chilangos no se agrupan en comunidades ni se les encuentra en zonas específicas. No se dedican a las mismas actividades y tampoco migran en grupos.
«Las condiciones socioeconómicas permiten que, principalmente, sean los jóvenes, los profesionistas y los estudiantes quienes tienen la oportunidad de migrar y se les encuentra en las ciudades, principalmente en California, pero no tienen un núcleo que los identifique, a diferencia de otras comunidades como los originarios de Puebla, Michoacán o Oaxaca», dice Avelino Meza, coordinador de la organización Fuerza Migrante.
En términos electorales, vivir «separados» se ha convertido en un reto, pues no se ha logrado localizar e impactar a los capitalinos, tanto para que obtengan la credencial del Instituto Nacional Electoral –que los reconoce como mexicanos en el extranjero–, como para convencerlos para participar en los comicios. Para votar en el extranjero es necesario que los chilangos ingresen a la lista nominal antes del 31 de marzo, cuando se cierra el plazo.
Votar en el extranjero: un derecho electoral
Antes de pensar en la posibilidad de votar en el extranjero, opina Yuri Beltrán, consejero electoral del Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM), es necesario pasar por un proceso de credencialización y eso implica varios retos: encontrar a los mexicanos que viven en el extranjero, identificar su lugar de residencia, reconocerlos como ciudadanos mexicanos y abrirles la puerta al elegir a un gobernante.
Ya para 2012, con un poco de experiencia, el entonces Instituto Electoral del Distrito Federal desarrolló una plataforma segura para votar por internet. «Esto permitía alargar tiempos de registro y logró que se registrara un 40% más de voto chilango para elegir jefe de Gobierno en comparación con la presidencial, que solo recibió sufragios vía correo postal», comentó Beltrán Miranda.
Sin embargo, como el voto electrónico no estaba suficientemente avalado por el máximo árbitro electoral en 2014, otra reforma legal dio marcha atrás. El resultado: para la elección de 2018 el INE solo permitirá el voto desde el extranjero vía correo postal.
«Votar en el extranjero podía hacerse por internet. Esto representa un retroceso. A pesar del freno, en 2014 se aprobó la credencialización: esta es una lucha ganada, aunque los procesos siguen siendo engorrosos. Lo único que buscamos es que se escuche nuestra voz, pues –aunque no vivamos en México– seguimos aportando económicamente y estamos ligados a nuestras familias. Seguimos con un pie en México», dice Avelino Meza, de Fuerza Migrante, asociación asentada en Estados Unidos.
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¿Cómo registrarse para votar en el extranjero?
Para poder votar en el extranjero en las elecciones de 2018, lo primero es contar con una credencial para votar. Ésta se solicita a través de los consulados. Se debe hacer una cita al teléfono 1877MEXITEL o en la página votochilango.mx. La gran mayoría de los mexicanos que radican en el extranjero, se encuentran en una situación migratoria irregular. Sin embargo, tramitar su credencial para votar no representa un riesgo: la solicitud se realiza a través del consulado y la credencial llega directo a sus casas. Al igual que en México, pueden pedir que no diga su dirección, ni datos personales.
Los requisitos son: comprobante de domicilio en el extranjero, acta de nacimiento e identificación. Estos documentos son recopilados por el consulado y enviados al INE, que un par de semanas después enviará la credencial.
En un periodo normal, una vez recibida hay que activarla al número telefónico que viene al reverso, (actualmente ese paso no es necesario, por la cercanía del proceso electoral).
La fecha límite para realizar el proceso es el 31 de marzo; si eres de los interesados en votar, debes manifestar tu intención a través de la página de internet, para que –una vez que se acerque la contienda– recibas un paquete con la boleta e información sobre las propuestas de candidatos.
Al emitir el voto chilango se debe reenviar el sobre a través de correo certificado al Instituto Electoral de la Ciudad de México, que será el encargado de meterlo en una urna y, cuando los procesos lo indiquen, pasarlo al conteo, explica Yuri Beltrán, responsable del programa de Voto de los Mexicanos Residentes en el Extranjero.
«La meta del INE es entregar 500 mil credenciales. A la fecha, de ese total, a nivel nacional solo 40 mil personas han manifestado su intención de voto, entre ellas, 4 mil son chilangos. Es una cifra baja, pero todavía estamos en tiempo de incrementar las cifras», dice.
¿Un diputado migrante para la CDMX?
El impacto que logren los chilangos que viven en el extranjero en el proceso electoral de este año será fundamental hacia 2021, cuando por primera vez se contará con la figura de un diputado migrante que representará en el congreso local a quienes viven fuera de la capital.
«Algo que ha hecho “aburrido” el tema del voto migrante es que no lo hemos visto asociado a propuestas reales de los partidos, pero a medida que se eleven los votos, se va a aumentar la oferta política, va a ser más atractivo. La figura de un diputado despertará la competencia política, las organizaciones de migrantes podrán ver resultados de sus luchas», comentó Beltrán Miranda.
Para el coordinador de Fuerza Migrante, Avelino Meza, una diputación que los represente es el paso natural –tal como existe en Chiapas– y aguardarlo hasta 2021 también es un retroceso para el voto chilango «al tratarse de una ciudad que siempre ha tenido apertura en sus políticas pública».
Señala que como organización tienen una agenda política que presentarán a los próximos candidatos locales y federales, pues no han recibido ninguna propuesta que los tome en cuenta, a pesar de ser una población que –por su número– podría decidir una elección.
