Sabemos que cuando tu perro te mira con esos ojitos de pena, suplicando que le des un poco de lo que estás comiendo, resulta muy difícil resistirse. Sin embargo, debes tener ¡cuidado!, hay alimentos que no sólo pueden perjudicar su salud, si no que, incluso, podrían envenenarlos.
1.Golosinas. Son deliciosas, pero así como consumirlas en exceso es malo para los seres humanos, si un perro las consume aumenta sus niveles de insulina, lo que puede lesionar gravemente su hígado.
2.Comida para bebé. Sobre todo si tienes un cachorro, tu objetivo es consentirlo todo el tiempo, pero la comida para bebés puede hacerles mucho daño, sobre todo si contiene cebolla o cualquier otro ingrediente perjudicial para el can.
3.Frutas cítricas. Si los ingiere, puede experimentar diarrea, vómitos y sensibilidad a la luz. y su sistema nervioso sufrirá si se atiborra de naranjas.
4. Azúcar. Si come un poco de vez en cuando no pasa nada, pero en grandes cantidades favorece la aparición de obesidad y diabetes.
5. Huesos pequeños. Aunque parezca increíble, no todos los huesos son buenos para los perritos. Los huesos pequeños son la principal causa de muerte por asfixia, ya que se clavan facilmente en la garganta, intestinos o boca.
6. Chocolate. Consumirlo les puede causar taquicardia, vómitos, diarrea, nerviosismo e incluso fallecimiento. Las razas pequeñas son especialmente vulnerables.
7. Sal. Los perros toleran cierta cantidad, pero al no transpirar, s les acumula en el cuerpo. Las reacciones pueden ir desde continuas ganas de orinar y beber, temblores, depresión, vómitos, fiebre y daño renal.
8. Aguacates. Su cascara y semilla contienen una sustancia tóxica llamada persina que puede dañar el corazón y los pulmones y genera trastornos digestivos.
9. Café. La cafeína produce hiperactividad y trastornos fisiológicos como aumento de la sed, taquicardia, convulsiones y, en los casos más graves de intoxicación, la muerte.
10. Uvas y pasas. Su ingesta causa síntomas como son la pérdida de apetito, vómitos y diarrea. Si las consume mucho puede sufrir un daño agudo en el riñón.